Produciendo mi texto






Hola:
me llamo Sugey Estrada Codarlupo, soy alumna de 3 "C " y les voy a transcribir el texto que redacté cómo parte de mis tareas escolares, en el área de comunicación.


Lo he titulado : "Cómo preparar un hijo adolescente para la vida"


Esta es una experiencia real que cuenta un padre acerca de su familia: "Antes era fácil hablar con mis hijos, pues me escuchaban atentamente y obedecían sin chistar. Pero ahora que son adolescentes, lo cuestionan todo. Lo había visto en otras familias, pero jamás pensé que en la nuestra pasaría lo mismo" ( Raúl)

Desde el momento que nace, la vida de un niño está llena de novedades, sus primeros pasos, sus primeras palabras y cosas por el estilo. Como es natural, los padres se alegran mucho al ver estos pequeños logros, indican que su hijo crece y se desarrolla.

En cierto modo a mí me parece, que la adolescencia también es una señal de que el hijo o hija esta progresando. Claro, a algunos papás, no les entusiasma la idea que sus hijos e hijas entren en esta etapa, lo cual es comprensible. Al fin y al cabo ¿a qué padre le agrada que su obediente chiquitín o chiquita se transforme en un adolescente de un humor impredecible?

Con todo, la adolescencia es una fase importante del desarrollo. Lo que hacemos durante estos años, es decir adiós a la infancia y entrenarnos para ser adultos y adultas responsables, capaces de valernos por nosotros mismos.

Si estos problemas les preocupan a nuestros padres, recuerden que valerse por uno mismo es una habilidad que no se adquiere de un día para otro y que necesitamos apoyo para ello, especialmente de los adultos.

Les cuento una experiencia muy común entre los adolescentes y sus padres, supongamos que su hija o hijo le pide permiso para llegar tarde a casa, ustedes lo niegan casi siempre, muchas veces replicamos a esta respuesta, que nos están tratando como niñas o niños.

Es verdad, que siempre los adolescentes suelen pedir más libertad de la que le dan y es también cierto que a veces la usamos mal, pero también hay padres que no conceden tanta como podrían, si se pusieran en la piel nuestra, tal vez, descubrirían que pueden hacer alguna concesión de vez en cuando negociando la forma de hacerlo, ¡cómo aprender a usar nuestra libertad responsablemente si no nos permiten experimentarla!

Hay padres que son demasiado controladores, casi no dejan salir a sus hijos e hijas de casa, y si lo hacen es bajo estrecha vigilancia, algunos incluso pretenden elegir por él o ella a sus amistades y hasta espían sus llamadas telefónicas...diarios y cosas por el estilo.
Al final esto es contraproducente, si encierran al adolescente, escapará... si están siempre criticando a sus amigos o amigas se refugiará aún más en ellos y siempre nos ingeniaremos para comunicarnos a escondidas.

Los padres podrían intentar dialogar con sus hijos adolescentes, haciendo ver que nuestras decisiones afectarán para bien o para mal nuestra vida.

También nos ayuda que nuestros padres nos dejen sentir las consecuencias de las acciones que realizamos, dar la cara y pedir disculpas si es necesario.

La adolescencia rara vez es un camino de rosas, pero esta edad nos da la oportunidad única de entrenarnos para la vida.
Sugey

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